Paulo Padrós Garzón es uno de los exponentes de la nueva literatura latinoamericana, una literatura con claro compromiso social en donde lo inexplicable convive con lo cotidiano, y lo irreal se puede tornar en algo común y corriente. “Un mundo sin lampalaguas” es su séptimo libro, el segundo de su Serie Verde de poesía, en donde expresa la eterna melancolía del poeta en búsqueda del amor, de la belleza, de lo sublime, y aborda un lenguaje corriente pero sin embargo sin abandonar la profundidad de algunos hallazgos literarios. La ausencia de las “lampalaguas”, (aquellas escurridizas serpientes de río, algunas si se quiere peligrosamente eléctricas pero siempre movilizantes, siempre inquietantes), expresa en una hermosa metáfora la ausencia del amor, de las cálidas caricias, de los gemidos por las noches, o de la seducción espontánea de la mujer hacia el hombre, acomode cada uno esa seducción según su gusto. Encontramos en este libro una amalgama perfecta entre lo trascendental y lo cotidiano, entre el amor sentimental y físico y la relación del poeta - o del hombre en sí - con lo que trasciende más allá de lo físico, lo que en definitiva nos queda como verdaderamente perdurable; “Pero qué impunidad, tanta ausencia gratuita debería tener el costo del invierno, los gravámenes de tu huida deberían tener la dimensión de una sequía”. El poeta no deja de ver aquí la indiferencia ante el amor como un gesto que no debería quedar impune.
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